27/4/13

Un muro como un teatro



















27 de abril. Si no ha nevado, ha sido por poco. 

Las flores de los ciruelos han aguantado algo más este año. Comenzaron a perderse hace 3 o 4 días y la calle está ahora rosa. Queda bien con el gris pálido del cielo. El viento se lleva los pétalos de aquí para allá, como de costumbre. Es un espectáculo minúsculo que se produce al mismo tiempo que los pájaros trinan con más garbo. Lo hacen desaforados, durante todo el día. Hay un ruido de fondo de trinos comunes sobre los que destacan los del mirlo, a partir del atardecer. Luego, hay un silencio puntuado por el autillo y a partir de las 5 de la mañana, canta de nuevo el mirlo y todo vuelve a empezar.

El último día que nevó, aún no habían cambiado la hora. Madrugué algo y tal vez porque la nevada no era apabullante, el espectáculo resultaba muy delicado. Estaba amaneciendo, la iluminación pública era más bien escasa, hice un par de fotos de un aparcamiento recién terminado y de un muro contra terreno y tuve la sensación de estar frente al escenario de un teatro.

¿Cómo será este año el verano? Tengo curiosidad. Y decisión.

2 comentarios:

  1. Anónimo28/4/13

    Decisión,¿de qué?.Si no es indiscreción,claro.
    Lo pregunto porque aquí las estaciones van por libre y no tienen para nada en cuenta nuestros propósitos.Ya nos gustaría
    Saludos

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    1. Decisión para qué, más bien.

      O incluso mejor, decisión a secas. Recuerdo una obrita de teatro de Muñoz Seca que se llama "El clima de Pamplona": ningún efecto sobre los acontecimientos, cierto. Sin embargo, uno se pone una fecha, una meta, un lo-que-sea y arranca con más ganas. Posiblemente es todo, estimado anónimo. O no: puede haber algo más; puede que el invierno y los amigos me hayan hecho más fuerte. Puede que lo que no mate, engorde y esté yo con ganas de trinar desaforadamente.

      Saludos,

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