La web del catálogo razonado de Ed Ruscha dedica un pinchable a sus obras en paradero desconocido; una especie de Wanted que hace pensar enseguida en el propietario de cada cuadro. Secuestradores, se diría. Perezosos que tal vez ni siquiera saben lo que tienen. No; qué va. Esperan pacientemente el paso del tiempo, con el codo apoyado sobre la mesa, sujetando la barbilla en el hueco de la palma de la mano, mientras miran su Ruscha. Mmmm. Dame más gasolina.
No sé si leiste que algún diria escribiria una novela, un algo, sobre Ed Ruscha. Me acabas de dar el origen. Gracias.
ResponderEliminarMmm, Passy, no me interactúas nada. Snif.
ResponderEliminarEstos son lectores exigentes. Lo demás, tonterías.
ResponderEliminarNo recuerdo -querimado- tu "amenaza" pero con Ruscha, posibilidades de arranque tienes a patadas. Si esta te gustare, me veré honrado. Ya sabes que la inspiración consiste en no desvelar las fuentes. En otro caso, sus libritos de los '60 y '70 con fotos de edificios de tres al cuarto, pisicinas y gasolineras -los propios libros, digo- dan para mucho.
Recibe un saludo express, de este tuyo que lo es
Interesante, estido, todo esto que me comentas. Podriamos escribirlo 'a pachas', tu la parte gráfica, y yo la narrativa, y me ayudas con documentación.
ResponderEliminarHoy es la tarde los brindis(es) al sol. Pero, purcuá pá.
Bonita forma de interactuar, doctor Pachas
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