19/3/11

Nadando con el señor Wu














Un lector que nada mal, añadirá este dato al cuento. Aunque el escritor explique que, posiblemente,  la protagonista no tendrá problemas para alcanzar el muelle.

En medio de una excelente historia, la protagonista se ha desnudado al borde del embarcadero. Han pasado ya muchas cosas y otras tantas están por venir. Es de noche, el agua está tranquila y hay poca luz. Quinientos metros oscuros  le separan del otro lado. Nuestra nadadora está ya en el agua; atiende al ritmo del braceo, a la desconfianza que le ronda en cuanto a sus fuerzas y al mismo tiempo reflexiona sobre la relación de sus padres, sobre la vida.

Cuenta Simon Leys en El señor Wu cómo muchos personajes literarios están construidos con muy poco. Ley describe las ventajas de la atenuación con un corolario sencillo: “Ningún escritor dispone de un poder verbal capaz de rivalizar con la imaginación de sus lectores; así, todo su arte consiste en tocar esa tecla.”

Una persona nada en mitad de la noche, desnuda. El agua

1 comentario:

  1. Anónimo25/3/11

    Qué maravilla. ¿Y entonces? ¿Qué te pareció?

    Mercedes

    ResponderEliminar