28/5/10

Atracciones suicidas

Falta por formular un principio en la arquitectura que relacione el cristal con el número y tamaño de papeles y plásticos que terminan adheridos a su superficie. Algo como “En un edificio (y) una superficie acristalada cercana a un paso público (x) atraerá un número (n) de elementos autoadhesivos o no”.

Hace unos domingos me encontré con S. Venía reconfortado después de hacer unos largos y tomar una sauna en el Aquavox municipal. A tenor de lo visto en el cine, bien podría haber pasado por un patricio que volviera de las termas. Picado por la curiosidad y como quien va a ver las de Caracalla, me acerqué al nuevo edificio que ocupa el solar del Euskal Jai. De la familia de los rectilíneos, la fábrica resulta pasable aunque no destaca por nada en especial. A lo que íba. Se accede al Aquavox a través de una puerta de cristal que te deja colocado en una especie de cubo también transparente. Una indicación del tipo “Empuje”, “Recepción” o “Bar” hubiera sido una bajeza estética de primera magnitud, así que al menos durante los primeros días de funcionamiento, los usuarios debieron quedarse un rato como Alicia ante las puertas del cuento. Se infiere esto porque ahora sí hay cartel. En medio de una de las enormes hojas de cristal, pegada con cello, puede verse una funda de plástico con lateral blanco preparada para archivador de anillas. En su interior un probo funcionario ha introducido el oportuno A4 con el lema de los lemas: “Entrada” escrito en horizontal a 150 puntos.

No hay cristal que se resista. Magnetismo total., después de “Entrada” llegan las ofertas para compartir piso con el teléfono repetido, como falda hawaiana, y luego las pegatinas y luego otro folio con los horarios y cuando se estrelle el primer pájaro, un cd colgando de una pita y cuando se rompa la nariz el primer adulto una raya roja horizontal y cuando se dé con la frente el primer niño, otra raya cuatro palmos más abajo. Necesito un formulador de principios; alguien que ponga negro sobre blanco esa atracción suicida que lo transparente ejerce sobre lo opaco. Viva Plecnik.

Otro día,  Europa del sur y la necesidad de la sombra.
Otro más, El protestantismo y la necesidad de la luz.

2 comentarios:

  1. Anónimo28/5/10

    Me relamo de gusto ante el prolijo ensayo que provocarán esos temas. Editar quizás en GG.

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  2. no creo yo que d. Gustavo... Vamos: no creo que prolijo ni que probarnizo.

    Saludos

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