Javier Muro expuso este verano en el castillo de Olite una silla y un escabel cuyas patas estaban rematadas por sendos cuchillos. Cada mueble, hecho de metal, estaba forrado con film trasparente. El conjunto causaba desasosiego. Más aún con el añadido de un cristo del mismo material y también forrado de la misma manera. La tensión emanaba de la propia obra. Cualquiera con dos dedos de frente podía ver que no había nada de irrespetuoso en la idea. Sin embargo, enseguida sucedieron dos cosas. Alguien se quejó y el párroco pidió al Consejero de Cultura que retirara la obra. Intervino el Obispo, se giró visita y no sé de qué forma el asunto no pasó a mayores. Esto, en cuanto a las relaciones con la Iglesia. Cosa distinta fue lo del público.
27/12/09
Sillas y chispazos II
Javier Muro expuso este verano en el castillo de Olite una silla y un escabel cuyas patas estaban rematadas por sendos cuchillos. Cada mueble, hecho de metal, estaba forrado con film trasparente. El conjunto causaba desasosiego. Más aún con el añadido de un cristo del mismo material y también forrado de la misma manera. La tensión emanaba de la propia obra. Cualquiera con dos dedos de frente podía ver que no había nada de irrespetuoso en la idea. Sin embargo, enseguida sucedieron dos cosas. Alguien se quejó y el párroco pidió al Consejero de Cultura que retirara la obra. Intervino el Obispo, se giró visita y no sé de qué forma el asunto no pasó a mayores. Esto, en cuanto a las relaciones con la Iglesia. Cosa distinta fue lo del público.
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