31/8/09

Las Vegas. Sáquenme de aquí

Salgo a primera hora para ver si hay otra cosa que no sea la calle principal. En el vestíbulo hay mujeres amodorradas que sujetan su bolso a las tragaperras con un cable de plástico. Varios hombres desayunan cerveza sin dejar de introducir monedas. En una mesa junto al pasillo se alarga una partida de póker. Hay un tipo joven que se cubre con la capucha del chándal. Lleva unas gafas negras muy anchas. A su izquierda un cincuentón enorme se levanta y se echa las manos a los riñones para recolocar su espalda. Tiene delante de sí un buen montón de fichas de todos los colores. No tan grande como el del joven de la capucha. Una chica de unos veinticinco parece estar perdiendo mucho dinero. A su lado, la crupier espera a que la camarera reparta las bebidas antes de dar otra mano. Tres hombres más completan la mesa. Son las seis de la mañana.

En la calle intento apartarme de la avenida. Veo al fondo el hotel Trump, lejano y brillante, así que camino hacia allá. Las aceras desaparecen enseguida; continúo por el arcén, junto a aparcamientos abandonados y llego finalmente al vestíbulo del hotel. No hay tragaperras. Echo un ojo, salgo y sigo hacia el este. Todo se difumina. Sólo hay vallas, parapetos, tela asfáltica y construcciones a ritmo lento. No consigo encontrar un camino de vuelta y acabo en una carretera de salida hacia el desierto. Junto a un cruce y un enorme anuncio de la exposición de Andy Warhol hay varias casas de putas cerradas, una estafeta de correos y dos casetas de obra. Ya va haciendo calor. Encuentro un camino vallado que parece llevar de nuevo hacia la avenida. Cuando llego al hotel, voy a la oficina de Avis. No quedan coches de alquiler. Llamo al aeropuerto para cambiar el billete de vuelta. Tengo que salir de aquí cuanto antes.

2 comentarios:

  1. Pues a mi me han entrado ganas de ir

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  2. No; si ganas también tenía yo. Y los paseos por los alrededores -me dá que también te gusta el asunto de la "estética descampada"- está muy bien. El problema es que hay que tener mucho equilibrio para no agobiarse y yo de eso ando falto. Rediós que sitio.

    Ya contarás.

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