
Hay una costumbre muy española que consiste en revolver en las tumbas de los demás cuando hay que escribir la necrológica del recién fallecido. Así ha vuelto a pasar esta madrugada con la muerte de Pablo Palazuelo. No contentos con la horterada de "el poeta de la geometría", las emisoras se han abierto paso con pico y pala en el escabroso terreno de las comparaciones, ¡Jesús! ¡Qué ganas de joderlo todo con las patas de atrás! De radio en radio, mucho antes de amanecer, se ha ido repitiendo como una plegaria miserable:
Ha muerto Palazuelo.
Ora pro nobis.
El poeta de la geometría.
Ora pro nobis.
El artista que limpió de excesos…
Ora pro nobis.
Las Vanguardias españolas.
Ora pro nobis.
Ha muerto Palazuelo.
Ora pro nobis.
El poeta de la geometría.
Ora pro nobis.
El artista que limpió de excesos…
Ora pro nobis.
Las Vanguardias españolas.
Ora pro nobis.
¿Qué pasa? ¿España debió dedicarse al minimalismo en los sesenta? ¿A Millares le sobraba la arpillera?
Siempre que hablamos de Palazuelo -creo que ya lo conté- viene a mi memoria la larguísima entrevista que le dedicó El País hace ya unos cuantos años. Hay un momento de soberbia en sus contestaciones que me desconcierta: pregunta el periodista por las fuentes de su inspiración. La respuesta está en un libro chino del que emana la esencia de su obra. Pero el pintor no está dispuesto a revelar el título por los lectores no llegarán a entenderlo. Aquella forma de llamar tontos a los demás, al resto del mundo, me produjo una honda y negativa impresión.
P.d. El mazo.
Leí la misma entrevista y constaté como usted, lo memo que era el Sr Palazuelo, que descanse en paz.
ResponderEliminarPepe Cerdá.