"Hildegarda tuvo visiones desde su primera infancia hasta el final de su vida, que relató con belleza y detalle en sus libros Scivias, Liber vitae meritorum y Liber Divinorum operum simplicis hominis, auténtica trilogía mística de la Santa. En efecto, empezó a tener visiones de objetos luminosos a la edad de 3 años y pronto se dio cuenta de este don, que mantuvo en secreto durante muchos años. Las visiones se hicieron más frecuentes y vívidas en su madurez, y no fue hasta la edad de 42 años cuando empezó a escribir sobre sus visiones y profecías.
La mayoría de los autores que han prestado atención a las visiones de la Santa están de acuerdo en que su causa es neurológica y, seguramente, migrañosa. Sin duda, esta unanimidad procede del ensayo de Singer sobre las visiones de Santa Hildegarda. En el libro de Sacks, se incluye este párrafo de Singer:
En todos ellos, un rasgo preeminente lo constituye un punto o grupo de puntos de luz, que brillan y se mueven, generalmente de manera ondulatoria, y muy a menudo se les interpreta como estrellas u ojos flameantes. En muchos casos, una luz, mayor que el resto, muestra una serie de borrosas figuras circulares concéntricas; y a menudo se describen fortificaciones definidas, que en ocasiones irradian una zona coloreada. A menudo las luces dan esa impresión de actividad, de ebullición o efervescencia, descritas por tantos visionarios... "
David Ezpeleta
He aquí un bonito lugar para darse un paseo en un día como este, tan conmemorativo, sentarse en la esquina de la calle con el Boulevard Hippolyte y tomarse un noisette mientras se tararea, con evidente melancolía, el aria de la condesa: Dove sono i bei momenti.
ResponderEliminarhttp://www.paris-pittoresque.com/cartespo/cartes/32b.htm
Dove sono i bei momenti
ResponderEliminardi dolcezza e di piacer,
dove andaro i giuramenti
di quel labbro menzogner?
Perché mai se in pianti e in pene
per me tutto si cangiò,
la memoria di quel bene
dal mio sen non trapassò?
Ah! Se almen la mia costanza
nel languire amando ognor,
mi portasse una speranza
di cangiar l'ingrato cor.
¿Dónde están esos bellos momentos
de dulzura y de placer?
¿Adónde fueron los juramentos
de aquellos labios engañosos?
¡Por qué pues, si en llantos y en penas
para mí todo cambió
la memoria de aquel amor
no se ha borrado de mi corazón!
¡Ah! si al menos mi constancia
en el languidecer de amor,
me trajese una esperanza
de cambiar su ingrato corazón.