27/1/06

El que no se consuela

"Hildegarda tuvo visiones desde su primera infancia hasta el final de su vida, que relató con belleza y detalle en sus libros Scivias, Liber vitae meritorum y Liber Divinorum operum simplicis hominis, auténtica trilogía mística de la Santa. En efecto, empezó a tener visiones de objetos luminosos a la edad de 3 años y pronto se dio cuenta de este don, que mantuvo en secreto durante muchos años. Las visiones se hicieron más frecuentes y vívidas en su madurez, y no fue hasta la edad de 42 años cuando empezó a escribir sobre sus visiones y profecías.

La mayoría de los autores que han prestado atención a las visiones de la Santa están de acuerdo en que su causa es neurológica y, seguramente, migrañosa. Sin duda, esta unanimidad procede del ensayo de Singer sobre las visiones de Santa Hildegarda. En el libro de Sacks, se incluye este párrafo de Singer:
En todos ellos, un rasgo preeminente lo constituye un punto o grupo de puntos de luz, que brillan y se mueven, generalmente de manera ondulatoria, y muy a menudo se les interpreta como estrellas u ojos flameantes. En muchos casos, una luz, mayor que el resto, muestra una serie de borrosas figuras circulares concéntricas; y a menudo se describen fortificaciones definidas, que en ocasiones irradian una zona coloreada. A menudo las luces dan esa impresión de actividad, de ebullición o efervescencia, descritas por tantos visionarios... "
David Ezpeleta

2 comentarios:

  1. Anónimo27/1/06

    He aquí un bonito lugar para darse un paseo en un día como este, tan conmemorativo, sentarse en la esquina de la calle con el Boulevard Hippolyte y tomarse un noisette mientras se tararea, con evidente melancolía, el aria de la condesa: Dove sono i bei momenti.
    http://www.paris-pittoresque.com/cartespo/cartes/32b.htm

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  2. Anónimo27/1/06

    Dove sono i bei momenti
    di dolcezza e di piacer,
    dove andaro i giuramenti
    di quel labbro menzogner?
    Perché mai se in pianti e in pene
    per me tutto si cangiò,
    la memoria di quel bene
    dal mio sen non trapassò?
    Ah! Se almen la mia costanza
    nel languire amando ognor,
    mi portasse una speranza
    di cangiar l'ingrato cor.

    ¿Dónde están esos bellos momentos
    de dulzura y de placer?
    ¿Adónde fueron los juramentos
    de aquellos labios engañosos?
    ¡Por qué pues, si en llantos y en penas
    para mí todo cambió
    la memoria de aquel amor
    no se ha borrado de mi corazón!
    ¡Ah! si al menos mi constancia
    en el languidecer de amor,
    me trajese una esperanza
    de cambiar su ingrato corazón.

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