Esta venus emeritense de cuyas extremidades superiores solo
queda la mano izquierda con la que se ciñe algo de ropa sobre el torso, esta
venus, digo, es otra cosa si se la ve de frente, en su casa. La página web del museo es dada al enlace lento y de natural triste.
Es verdad que las palabras de la arqueología, sus abreviaturas, sus varas de medir
pintadas en rojo y blanco, las cuadrículas de liza sobre el terreno son necesarias: sin ellas
no habrá venus que valga. Quién nos dirá si no que aquel resto de piedra tallada
son los pliegues de la túnica del joven Ascanio acompañando a su padre o nos desvelará los misterios de Eneas.
Pero después, ¡Ay después! Cuando el “7” metálico junto a la diosa cobra cualquier sentido menos el numérico y el mármol parece convertirse en alabastro ¿No debe uno olvidar las pesquisas, las zanjas, las subvenciones o el barro de donde provienen este cuerpo que representa todos los cuerpos?
Pero después, ¡Ay después! Cuando el “7” metálico junto a la diosa cobra cualquier sentido menos el numérico y el mármol parece convertirse en alabastro ¿No debe uno olvidar las pesquisas, las zanjas, las subvenciones o el barro de donde provienen este cuerpo que representa todos los cuerpos?
Estoy completamente de acuerdo contigo. El trabajo científico es necesario, pero para poder ofrecernos depués, a la contemplación, lo verdaderamente humano que hay en el mármol. Gracias por acordarte de mí y hacerme ver esta maravilla. Saludos cordiales
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