Calle Colón, Palencia. Google Maps |
El mostrador de la recepción
del hotel Colón no llega al metro de
largo. Al otro lado, la mujer que atiende está sentada en una silla baja y casi
hay que encorvarse para saludar. A la derecha hay una máquina expendedora de
bebidas. También hay un expositor de metacrilato con folletos y mapas de la
provincia. Mientras ella rellena la ficha para la policía veo en el rincón de
la izquierda un perro de lanas sobre una pequeña colchoneta de tela. El animal
está patas arriba, relajado, oyendo un concurso en el televisor. La
recepcionista copia mi nombre, dos apellidos y domicilio en una cartulina que
supongo le facilita el Ministerio del Interior: “Las personas naturales o jurídicas que
desarrollen actividades relevantes para la seguridad ciudadana, como las de
hospedaje, el comercio o reparación de objetos usados, el alquiler o el
desguace de vehículos de motor, o la compraventa de joyas y metales preciosos,
deberán llevar a cabo las actuaciones de registro documental e información
previstas en la normativa vigente”.
Ceno
cerca del hotel y vuelvo enseguida. Desde la habitación se ve el patio del
colegio La Salle y se oye al huésped de al lado hablar por teléfono. Nuestras
ventanas están entreabiertas. Habla un español correcto con acento norteafricano.
Tiene un problema con su trabajo. Su interlocutor le había prometido un número
determinado de jornadas y no las va a respetar. Sube el tono de voz, luego se tranquiliza
mientras anda por el cuarto.
Hay un
televisor pequeño. Holanda y Argentina empatan a 0. Parece que llegarán a los
penaltis. Me pongo los tapones.
¿se fijó en los huevos de Colón de la fachada?
ResponderEliminarNo; no me fijé. Los estoy viendo ahora. Hermosos. ¡Madre del amor!
EliminarSaludos,