“Saigón se parece un poco a Passy, pero con todas las casas
llenas de balaustradas Luis XIII y
columnas maravillosas (…) O te gusta Saigón o no te gusta, igual que pasa con
Vichy. Aquí y allá se oye el sonido de un piano, como en las ciudades de
provincias”. Cochincina Léon Werth.
Lo cita Estrella de Diego en Contra el mapa (Siruela). Una rápida visión del mundo, el arte y el poder a través de la cartografía.
Lo cita Estrella de Diego en Contra el mapa (Siruela). Una rápida visión del mundo, el arte y el poder a través de la cartografía.
La cita da una idea muy romántica de las colonias pero De Diego la trae aquí para hablar de la crudeza del proyecto colonial.
He encontrado una reseña del libro de Werth: (...) relata su viaje en 1925 y provocó un escándalo cuando
apareció en 1926. El sadismo colonial vivía sus últimos años"y Werth lo describe sin concesiones y comparte, no
siempre entre líneas, su indignación y repulsión. “He escrito todo lo
que he visto y cuando me he indignado, he hecho un esfuerzo por contar estrictamente
los hechos”.
Saint-Exupéry le dedicó años después El principito:
"A Léon Werth
Pido perdón a los niños por
haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una buena excusa: esta
persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta
persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños.
Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre
y frío.Y verdaderamente necesita mucho consuelo. Si todas estas razones no
fueran suficientes, querría dedicar este libro al niño que en otro tiempo fue
esta persona mayor. Todas las personas mayores han sido niños . (Pero pocas de
ellas lo recuerdan). Corrijo, entonces, mi dedicatoria:
A LÉON WERTH, cuando era
pequeño".
De Diego habla también de Saint-Exupéry a propósito de una
nueva forma de ver mirar: “Observar el mundo en los vuelos de reconocimiento,
volando bajo, es una especie novísima de
placer estético que nada tiene que ver con los viejos placeres contemplativos.
Es un modo de forzar a la mirada a reconocer las cosas hechas fragmentos en
marcha, nunca detenidas y por eso, qué paradoja, sin cesar estáticas. Desde el
aire la realidad adquiere una apariencia renovada: no valen las viejas formas
de ver, hay que a aprender a mirar de nuevo”.
Y así, uno va dándole vueltas al mundo, yendo y viniendo con las andanzas y los libros de otros, como si fuera posible entender algo o al menos vislumbrarlo.
Y así, uno va dándole vueltas al mundo, yendo y viniendo con las andanzas y los libros de otros, como si fuera posible entender algo o al menos vislumbrarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario