24/3/13

Gayarre con Sangüesa
















Los chaflanes de la calle Gayarre tienen mucha personalidad. Aprovechando el desmonte que hubo de hacerse para conectar la subida hacia el centro con la calles Sangüesa, Larregla y Gaztambide, el ayuntamiento colocó en algunos un banco. También plantó árboles a cuya sombra siempre hay alguien sentado en el verano. En la otra acera han cerrado varios comercios tradicionales y se instaló hace ya tres o cuatro años un locutorio. El mismo tiempo que lleva sin venderse una enorme bajera dividida por el portal de la casa a la que pertenece.  A la entrada de una tienda de chucherías un joven me pregunta si soy del periódico. Le digo que no; que me gusta hacer fotos. –Eso está bien−. Me dice, aprobando con la cabeza. Está apoyado en el quicio de la puerta a las 9 de la mañana, como si las horas no fueran con él. Podría ser mediodía o media noche. A veces uno entiende por qué, en otros idiomas, no hay diferencia entre los verbos ser y estar.


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