Por la calle Sevilla

Querido C:

Andaba el domingo por la calle Sevilla en Madrid,  mirando escaparates a ver si me decían algo. Ya sabes que más es menos y las cristaleras de las tiendas, cuando enseñan poco, son una especie de vacío horizontal que no tiene fondo. En uno de esos agujeros negros me salió al encuentro la planta que ves. Risueña y algo tímida a la vez, se apartaba el reflejo como quien se sacude el polvo del abrigo. Claro, me acordé de ti. Te la envío con afecto y los mejores deseos,