Al oeste, un poco más allá de la estación de Passy, está la
rue de l'Annonciation. La
calle es un puro barrio: hay un mercadillo los domingos y el párroco de Notre
Dame de la Grâce recibe a los feligreses en la escalera de la iglesia. Cien
metros más arriba y en la misma acera, hay una tasca en cuya terraza sirven
unas riquísimas ostras “de profondeur” a precio más que razonable. Regadas con una botella de Muscadet y en buena compañía, hacen que el frío desaparezca de inmediato. De vuelta,
justo frente a la iglesia, está la panadería. Hay cola para comprar bollos y a
las chicas que preparan la masa no les gusta que les fotografíen. Diremos pues
que esto es un autorretrato sobre vasija de acero inoxidable.
El lugar se presta a ser fotografiado, una pena que ellas no lo asuman, hace unos meses me ocurrió lo mismo.
ResponderEliminar¿X1-Pro?
Hola Man: cuánto tiempo. Siempre pido permiso después de tomar una foto. Si no lo obtengo, la borro. En este caso no lo hice por dos razones. La primera porque puede entenderse como un autorretrato. La segunda porque, cuando, en casa, vi la imagen con más calma, me entraron dudas acerca del motivo por el que las chicas me pedían que no les fotografiara. Si te fijas en sus rostros, ninguna parece tener la edad legal para trabajar. Recordé también la manera de hacer los ademanes. Parecían impuestos por alguien que les hubiera dicho no os dejéis fotografiar. Por eso, haciendo una excepción, he guardado esta imagen.
EliminarEn cuanto a tu pregunta, la respuesta es sí.
Me alegra ver que vuelves por donde solías.
Saludos,