La relación profesional con los libros da muchas veces
figuras curiosas cuando no extraordinarias. Los libreros por ejemplo, forman un
variado elenco de caracteres: desde el apasionado lector que devora las
novedades antes de colocarlas en las mesas de su tienda, a quien olvidó, ya
hace mucho, cualquier vínculo que no fuera el mercantil con los delicados
volúmenes que expone en sus estantes. Por eso, las librerías encierran más
placeres que la próxima lectura o el descubrimiento de un ejemplar que no
sabíamos que buscábamos.
En Mendel el de los libros, Stefan Zwieig cuenta la historia del librero que, sin conocer el
contenido de lo que pasa por sus manos, sabe exactamente qué necesita quien le consulta.
En apenas 60 páginas y con la delicadeza que mueve todas sus reflexiones, Zwieg
se las arregla para explicar en qué puede consistir la pasión por los libros,
incluso dejando a un lado de la lectura.
Y al mismo tiempo, como en otra ocasiones, Zwieg explica la Europa que le tocó
vivir; las miserias del vasto territorio que antes pudo cruzarse sin que nadie molestara
al viajero, como cuenta en El mundo
de ayer, y ahora exige documentación incluso para vender libros.
Mendel el de los libros Ed. El acantilado
Stefan Zweig
La relación con los libros (las palabras en definitiva) siempre es mágica. La relación con los libreros a veces también. Aprovecho para felicitarte por tu trabajo después de tener el inmenso placer de haberte encontrado en tus diferentes blogs. Fíjate bien en la foto de mi perfil porque curiosamente la foto de la que te hablé es esa misma (pero sin cortar claro). Te envío la foto original y entera por mail tal como te dije.
ResponderEliminarMe encantan tus pinturas.
Idoia
El perfil gana mucho con el recorte. Gracias por la foto entera y hasta...
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