18/6/11

Bajo los tilos

El perfume de los tilos me ha acompañado estas dos semanas en  el camino hasta el trabajo. Los racimos de sus flores nacen mirando al suelo, humildes, porque el árbol sabe que le es suficiente con su porte y su aroma; no desea despampanar al transeúnte. El fruto es una perla sin matices, una bolita de anís, y los pétalos de un amarillo titanio, se vuelven del color de la tierra tostada ahora que se marchitan.  Unter den Linden. Hermoso nombre para un paseo.

2 comentarios:

  1. Anónimo18/6/11

    Robert walser caminó mucho y dejó una huella casi invisible como la de los tilos, te recomiendo sus lecturas, tienen ese aire, esa misma metáfora.
    lector.

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  2. Gracias lector. He leído algo de su poesía y me gusta. Como su forma de morir.
    Saludos,

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