10/8/09

Fine Arts


Camino de Presidio, en el autobús, una mujer me pregunta de dónde soy. La elección no está hecha al azar. Sólo yo llevo mapa y bufanda. De todas formas se trata de una excusa para arrancar una descripción general, un prólogo de su vida. Los autobuses deberían ir provistos de divanes. (Hoy tú, mañana yo.) La narración atraviesa las diferencias entre San Francisco y Los Ángeles, el clima de Provenza, -de donde es oriundo su marido- el placer de regresar a casa tras un largo viaje y aquí me bajo, en el Fine Arts; una de esas cosas que hacen los norteamericanos para que los europeos podamos repetir: -Claro, como no tienen historia, se la tienen que inventar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario