19/7/09

Fiesta, 3 de julio


El sifón, 33 años antes de Ubiña. Vía: La dolce Rita



Mientras sobrevuelo el Atlántico leo las páginas de Fiesta en las que Hemingway describe los sanfermines. El arranque no es bueno. La famosa frase “Las fiestas hicieron explosión…no hay otro modo de describirlo” es la negación de la literatura periodística. Luego, el relato gana y pierde en calidad a cada momento. La ciudad, cada taberna, cada establecimiento están llenos de toneles y barricas de vino que lo mismo sirven de asiento, de cama improvisada para los amigos del autor o de altar alrededor del que los bailarines festejan a Brett. Pamplona es un tonel. Las corridas de toros son crónicas aderezadas con abundante egocentrismo y las pequeñas dosis de amor, violencia y amistad apenas trenzan una argumento creíble.

Tiene Fiesta, a veces, una redacción despedazable; como de blog o más bien de Facebook avant la lettre, que lo hacen digerible y apropiado para los tiempos que corren, pero la costumbre de Hemingway de embadurnarlo todo con ese aire de cazador de leones, impide que la cosa crezca por sus cauces naturales.

En el prólogo de la edición que me eché al bolsillo, Juan Villoro afirma con desparpajo que “como Chéjov (Hemingway) descubriría que la sensación de tristeza es mayor al describir un charco en el que se refleja la luna que la de decir que un personaje está triste”. Si todas las comparaciones son odiosas, algunas se sostienen difícilmente.

Hablando de comparaciones, el mundo de la imagen no parece encontrar filones claros en los sanfermines al contrario que en el rostro ya maduro del autor de Fiesta. Pero esto ya es otra cuestión.

Miro por la ventanilla y veo los agrietados hielos del norte. No entiendo cómo para ir desde Europa a los Estados Unidos hay que sobrevolar Groenlandia. Los caminos de la aviación civil son inescrutables. Los de la literatura, más.

3 comentarios:

  1. Anónimo20/7/09

    Interesante.

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  2. Anónimo26/7/09

    Señor de Passy,

    por lo que veo, leiste la traducción de la edición de bolsillo de Randomhouse Mondadori que, como el resto de las publicadas, no hace honor al original: con decirte que el traductor, cuando se topa con una dificultad, ¡se la salta! En Hemingway, el estilo es clave, y todos los traductores al español han hecho su versión. Incluso la de Martínez-Lage para Diario de Navarra, la más reciente, es una Fiesta-MartínezñLage... Bueno, todo esto para decirte que, quizás, quizás, quizás... Hemingway, o Fiesta, no es tan decepcionante...

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  3. Estimado Anónimo:

    El desconocimiento del inglés me priva de una lectura directa. Sé que la traducción que leí arrastra viejos errores, aunque ignoraba el asunto de las amputaciones.

    Gracias de todos modos.

    Saludos,

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