Para ver en el Reina Sofía un par de cosas por las que sí estaba interesado pasé por la retrospectiva de Juan Muñoz que tiene mucho éxito. Bueno. Hay unas transferencias sobre papel, basados en An outpost of progress, un relato de Conrad. Para mostrarlas, la dirección del Museo ha abierto la que fuera antigua farmacia del Hospital San Carlos. La idea está bien, aunque el conjunto formado por los dos sillones y la mesita sobre los que reposan un catálogo del artista, el citado relato y El corazón de las tinieblas, resulta desalentador. Tampoco ayuda la presencia de la amable cuidadora que hace del permanecer sentado un acto ridículo.
A los papeles de Muñoz se accede por una escalera endeble y solo dos personas pueden permanecer en el piso superior con barandilla. Si uno se demora un poco, enseguida percibe que abajo le tomarán por abusón, así que abandono enseguida la investigación acerca de la forma en la que Muñoz añade algunas de sus transparencias, tal vez pegadas con cinta adhesiva.
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