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Buscando coartadas, leo Breve historia de la sombra de Victor I. Stoichita. Publicada en 1997, esta es la 3ª edición de Siruela, muy cuidada; excepto la traducción. (¿Qué pasa con los traductores?)

Uno que pinta no debería buscar motivos, pero los que tenemos la cabeza regulín solemos necesitar porqués. A lo mejor no se nos ha pasado la época de papá porqué esto o por qué lo otro. Puede ser. A otros pintores les preguntas y te dicen enseguida: -Deja, deja.

Stoichita arranca con Plinio y la chica que dibuja en la pared la sombra de su amado antes de que éste se vaya a la guerra. No entiendo por qué (papá, por qué) no hace la comparación con el contorno huérfano que la policía deja alrededor del cadáver, después de que el juez de guardia autoriza su levantamiento.

El repaso a través de la historia de la pintura resulta muy entretenido y hay tres explicaciones deliciosas: la del autorretrato de Poussin en relación con el de Warhol, la Unidad de Aislamiento de Beuys (ya perdonarán) y la de la sombra de la mano de san Lucas pintando a la Virgen de Heemsskerck.

Al que suscribe, claro, le interesa el capítulo dedicado a la relación entre la sombra y el reflejo y cómo este par ya no se separa desde el origen de la cosa.

El libro –sin ilustraciones- está casi completo en Google Books pero, a pesar de su precio y de algunas tonterías del traductor, merece la pena tenerlo en eso que los cursis llaman soporte papel.