5/2/09

Gimnasia y Alsacia




Cuídate. En singular. Con cita o sin cita previa. Como mucho un salón para compartir entre unos pocos las bicicletas estáticas o las cintas sin fin que miran hacia el híper. Cuídate individualmente o en pequeños grupos fácilmente dispersables después de la sesión. Un poco de pilates; sin amontonarse. Unos steps para lucir pantorrilla. ¿Aún se hace pilates? ¿No pasan de moda año tras año los nuevos y saludables ejercicios importados de cualquier parte? Me acuerdo de aquella novela entretenida y mediocre de la que luego se hizo una película mala y mediocre, El balneario de Battle Creek.


Joseph Sansboeuf el hombre que da nombre a nuestra calle, fue un gran gimnasta y difundió el ejercicio físico en Francia. Amigo de Gambetta, un imprescindible en el callejero francés, y del barón de Coubertin, sostuvo con energía la causa de la anexión de Alsacia y, a la postre, como en otros casos, confundió un poco la gimnasia con la magnesia. El esfuerzo físico y unísono despierta un no sé que, que qué se yo.

No hay manifestaciones gimnásticas como las de antaño: por no hablar de la paja en el ojo ajeno, miremos la cabecilla de Franco el uno de mayo asomando en el palco del estadio. Iba a decir que no hay necesidad de enardecer al pueblo porque no hace falta ir a la guerra de cien mil en cien mil, pero no es verdad.

Aquellas gafas de Franco ¿no se parecían a las de Elvis?

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