1/1/09

Riguroso directo

Mientras hago unas rayas en un cuaderno oigo música.

La obertura de El barón gitano no parece muy conocida por el público que ha acudido este año al Musikverein. El personal no va a Austria a escuchar "simplezas" y como el precio de la entrada es inversamente proporcional a la educación de los espectadores, se oyen a través de Radio Nacional unas toses de aquí te espero. ¡Santo Dios! ¡Pónganse la mano delante de la boca!

La marcha procesional, como su nombre indica, consigue tapar cualquier ruido producido por el público y el ritmo militar arranca los aplausos del (iba a decir respetable) populacho con dinero.

Luego vendrá Radetzky al que le dedicaron merecidamente -por su eficacia- una marcha después de liquidar a unos cuantos italianos levemente impíos.

Y así.

Esperanzas: dirige Barenboim.

Observaciones: Patrocina Rolex.

Recomendaciones: Para próximas ocasiones, Bisolvón

8 comentarios:

  1. Cuánta razón tienes, Miguel. Los plebeyos como yo, que no disfrutamos de un Rolex, nos entretuvimos en observar como los presentes (algunos japos, sin cámara) movían la cabeza como si siguieran en el cotillón de turno, bailando el 'gimme hope' de Eddy Grant (éste no es austriaco, una lástima..). Otra cosa aparte fue Barenboim..

    Salud !

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  2. Anónimo3/1/09

    Absolutamente de acuerdo en todo, si bien a mi, personalmente, el amigo argentino Daniel Barenboin no es de mis favoritos: Un poco populachero, un tanto comercial. Creo que era mejor tocando el piano que con la batuta.
    Una nota: ¿Te has dado cuenta de que últimamente en la 2 se habla más y se pone menos música? Demasiados comentarios, demasiada música popular (el otro día, concierto de SARTENES DE COCINA, lo digo en serio). Y demasiado género chico, que tampoco es de los míos. Me he vuelto a los cedeses...
    M.P.

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  3. Tengo un T-Rolex de tamaño descomunal adquirido en Estambul. Solía lucirlo en las bodas -o tempora o mores- más que nada para ver caras.

    En una ocasión en la que tuve que llevarlo a arreglar, el relojero me dijo sopesándolo repetidamente: -Si señor. Buena pieza. Si le acierta usted a alguien con esto, lo desgracia.

    Saludos a ambos.

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  4. Anónimo4/1/09

    Mi admiración hacia estas personas que le dan a usted toda la razón. Yo se la daría con mucho gusto si supiera para qué sirve el bisolvón o qué cara tiene el populacho con dinero. Quiero decir que este año, aunque me esperaba su comentario, no le acabo de pillar. Y esta epidemia de mencionar el "género chico" sin saber de qué se habla. Y esta costumbre de distanciarse con un mohín de un concierto y de una música que siguen millones de personas, o sea, el populacho con y sin. La música de Strauss, tan fácil de escuchar como difícil de interpretar... bien, tan festiva y tan hermosa. Fue un concierto estupendo que seguí, a ratos, por la tele. ¿Hubo alguna cosa que no me gustara... del todo? Pues sí, lo reconozco, yo también, en algunas ocasiones, siento que el populacho son todos esos que están ahí fuera: los avances tecnológicos están haciendo estragos en el señor Brian Large, que ha pasado de unas impecables, ejemplares realizaciones, a un preciosismo, a un bonitismo de merengue algo empalagoso. Cuídese.

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  5. Estimado sr. Vidal:

    Nada en contra de las retransmisiones. Al contrario. Están teniendo éxito las de algunos estrenos de ópera en salas de cine. Por precio más que módico se puede asistir a una premiere dos mil kilómetros al norte de Madrid. Y eso está muy bien.

    Como se cuida usted mucho, parece que nunca ha usado el Bisolvón. Se trata de un jarabe antitusivo. Le iba a decir que se parece al Inistón, el del abuelo, pero ya imagino que tampoco lo conocerá.

    Repaso mi entrada y no veo que haya dicho algo contra los valses. Tampoco he llamado populacho a quienes escuchan el concierto.

    Tal vez no me expliqué bien, pero estoy seguro de que una segunda lectura de mi breve comentario será suficiente para aclarar que no traigo manzanas. En otro caso, y si el tiempo lo permite, lo hablamos el día cinco mientras pasan SS. MM.

    Salud para el 2009. (Más todavía, quiero decir.)

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  6. Anónimo4/1/09

    Querido M. Vidal:

    Lamento que no esté de acuerdo con Mr. Passy, pues creo que su entrada es acertada. Es mucha la gente que nunca se acerca a la música culta y si lo hace el día del concierto de Año nuevo por el mero hecho de figurar. Si de entre todos los asistentes sale un futuro melómano, será estupendo. Pero que ningún melómano iría a un concierto de esas características, de eso estoy seguro.

    Respecto al género chico, que le voy a hacer, no me gusta. No sé si está de moda decir que no gusta, a mi no me ha gustado nunca. Por concretar, no me gusta apenas la zarzuela, la grande y la chica. Como no me atrae en exceso Monteverdi ola música del Renacimiento, sin negar en ningún caso la calidad que seguro que tienen y que yo no sé ver (o, mejor dicho, oir).

    Por contra, me gusta Pierre Boulez, Nono o stockhausen, que no suelen ser de la devoción de muchos... Como hijo de melómanos, hermano de músicos (piano y violín) y melómano yo, me permito el gusto de opinar sobre este tema.

    Salud

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  7. Anónimo5/1/09

    http://santiagonzalez.blogspot.com/2009/01/estbamos-all.html

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  8. Anónimo7/1/09

    No sé quién dijo eso de que oímos tantas veces la novena sinfonía que ya es inescuchable. Tal vez algo de eso quiso decir M. Passy.

    Mercedes

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