21/3/08

Les amateurs

Las Bardenas Reales es uno de los lugares que permiten predicar de la Comunidad Foral ese lema tan difícil de pronunciar después de haber bebido un par de vasos de vino: Navarra, tierra de diversidad. Las Bardenas, como nadie ignora, es un corazón desierto rodeado en primavera por un anillo verde de cereal, amapolas y florecillas de todo tipo. También existe en este paraje un campo de tiro hasta donde se acercan los aviones del ejército para practicar un poco, a ver si dan en la diana y eso. El caso es que uno va las Bardenas a pasear y cuando cae la tarde, y los farallones se vuelven telones de terciopelo y dice voy a tomar una fotografía de esto, que lo mismo podría decir voy a retenerlo en la memoria, pero decide archivarlo en un soporte digital, porque sabe que las neuronas no se reproducen como esporas, sino que tienden a la desaparición a partir de cierta edad, entonces, cuando se echa a la cara su cámara, aparece de la nada un jeep del ejército dejando un rastro de polvo y el copiloto, con la agilidad de la panavisión, salta desde el asiento para decirte: -Aquí no se pueden quitar fotos.

Claro, toda la escena queda desmontada por ese verbo que tiene que ver más con la idea indígena de los efectos de la fotografía que con la prohibición en defensa de los intereses de la Patria. ¡Quitar fotos!

Un tipo maleducado lo será siempre, con una cámara de fotografiar, con una de video, con el coche, sin nada, en grupo, sólo, en cualquier circunstancia. No hay cosa más molesta que alguien que te dice que te apartes para fotografiar el cuadro de una exposición. Primero el hombre, después la máquina. Pero esto de las prohibiciones absolutas, estas cámaras tachadas por todas partes, este miedo a que se fotografíe algo, lo que sea ¿a qué viene? A través de Google Earth podemos contar los pelos a un conejo; las obras de arte están reproducidas en Google Images a troche y moche; La Disney está intentando prorrogar los derechos de autor ad infinitum, A Thomas Struth le interesan los visitantes de los museos; a Amondarain los copistas de cuadros.

Recuerdo el funeral de Juan Pablo II. Mientras el sr. Pynaqui hacía un interesantísimo estudio del ataúd del finado comparándolo con el cuadrado blanco sobre blanco de Malevich, yo me fijaba también en los cientos de fieles que, al paso del cortejo, en vez de mostrar recogimiento, levantaban sus brazos, móvil en ristre, para obtener una imagen del asunto: yo estuve en Roma, yo vi pasar el cadáver del Papa. Allá ellos y su concepción de momentum

Notas para desarrollar

El 11-S y los suburbanos.

El TGV y la fotografía.

Las Pages Jaunes.

Google Earth horizontal.

Más sobre la educación.

RENFE, fotografía y negocio.

Rembrandt y la res abierta en canal.

2 comentarios:

  1. hola!

    Muchas gracias por tu comentario, me ha interesado muchisimo, y los enlaces, qué bueno.
    Lo cierto es que lo escribí del tirón sin reflexionar mucho desde una experiencia inmediata que estoy teniendo en la organicación de un premio a nivel nacional y observando las obras que van llegando, pero tu comentario me ha hecho darle algunas vueltas, creo qeu me he pasado de categórico...
    Espero que sigas volviendo!
    Espero que me des permiso para robar alguna imagen de Foto libre ya y ponerla un día de estos, totalmente de acuerdo.
    Un saludo! Nes

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  2. A tu disposición. La idea de la campaña es de Maníasmías.

    Saludos.

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