7/3/08

En vano me culpa amor

En el intermedio me cambié de fila. En la tercera se oía mejor. El verso hay que escucharlo bien, porque no es cuestión de recitar despacio, sino de que el espectador tenga el oído preparado y ese caso no es el mío. Hay que poner mucha atención. Era Del Rey abajo, ninguno y disfruté escuchando las obligaciones que Rojas Zorrilla se impone para decir lo que quiere, como quiere. La obra iba ganando en intensidad y conforme se avecinaba la tragedia, me vinieron a la cabeza estas frases que oigo con cierta frecuencia: Las cosas no son como antes. Se han perdido los valores.

Blanca ofrecía su pecho a García para que éste la liquidara, daga en mano, a fin de que su honor –el de éste- no sufriera merma. Se trataba de quitar de en medio al claro objeto de deseo de quien creían Rey. Es que la gente no es como antes. García del Castañar era mucho García

Bien sé que inocente estás

y en vano a mi honor previenes,

sin la culpa que no tienes,

la disculpa que me das.

Tu muerte sentiré más,

yo sin honra y tú sin culpa;

que mueras el amor culpa,

que vivas siente el honor,

y en vano me culpa amor

cuando el honor me disculpa.


Ya no hay valores. Blanca no se queda atrás.


García, guárdete el Cielo;

fénix, vive eternamente

y muera yo, que inocente

doy la causa a tu desvelo,

que llevaré por consuelo,

pues de tu gusto procede

mi muerte, tú vive y quede

viva en tu pecho al partirme.


Es bueno ir al teatro: para escuchar los versos de nuestros clásicos y para comprobar que los valores no vienen de serie. Cuando García comprende que quien pretendía a su esposa no es el Rey sino don Mendo, invita a éste a dar un paseo y le endiña una estocada definitiva. Asunto concluido. El Rey ni se inmuta. Al contrario: le parece bien.

Se tiende a creer que los valores son una especie de marca de la casa que deberían acompañar al hombre generación tras generación y que por algún tipo de misterio, relajo universal o contubernio se degradan día a día y ya no vuelven.

A la afirmación no sigue normalmente una lista concreta. ¿Qué valores han desaparecido? Y si se pueden listar ¿resulta negativa tal desaparición? Si una de las especies extintas es el honor entendido desde el punto de vista sexual, convendremos en que su ausencia mejora el panorama. Y eso que el panorama no está para tirar cohetes.

Bien, pero la obra va a terminar. Cadáver don Mendo, los Reyes y la Corte se aprestan al negocio con el que comienza el espectáculo:


Pues toque el parche sonoro,

que rayo soy contra el moro

que fulminó el Castañar.

Y verán en sus campañas

correr mares de carmín,

dando con aquesto fin

y principio a mis hazañas.

2 comentarios:

  1. Anónimo10/3/08

    Nada más entrar Doña Blanca hay un diálogo venturoso de los esposos que por sí solo justifica la obra entera. Recuerde, señor de Passy, cómo termina una parte de sus versos la esposa:
    "porque es mi amor tan grande, que a tu nombre como a cosa divina construyera aras donde adorarle, y no te asombre, porque si el ser de Dios no conociera, dejara de adorarte como hombre, y por Dios te adorara y te tuviera."
    Es verdad que hay valores en la obra que hoy no se sostienen, entre otras cosas porque ya nadie cree hoy en día que la monarquía tenga un origen divino. Pero no me negará que hay tanta bellezaq en el texto de Rojas Zorrilla y está tan bien traída la puesta en escena, que fue un goce contemplalla y escuhalla y disfrutalla el otro día.

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  2. En absoluto niego tal
    Señor Vidal.
    Me refiero solamente
    a la idea que veloz
    cruzó mi mente.

    Ya lo digo más arriba
    buen amigo
    la obra es excelente:
    estoy contigo.

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