8/12/07

He tomado café a media noche

Hacía tiempo que no lo tomaba tan tarde. Además, M.C. tiene una marca de tueste natural, sin mezcla. Parece suave. Está muy rico. Así que me bebo dos tazas. O tres. Nos traemos un paquete a casa. Las tres y media de la madrugada. Contesto unos correos, miro las actualizaciones de los blogs, le digo a alguien que no deje de escribir y reviso notas en papeles que resisten misteriosamente el paso del tiempo. Hay uno que dice: "sueño de A. Tragaperras." Mientras dura el insomnio La pirámide sigue ahí.


2 comentarios:

  1. Parece una noche redonda, lograda. Supongo que buena conversación, excelente café, y luego esos restos de euforia y ganas de trabajar que le hacen a uno ir al ordenador a escribir o buscar algo. Suerte para usted, sin duda.

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  2. Admirado editor:

    Acierta usted. Ya sabe cómo son las tortillas de M.C. El arranque perfecto para una buena charla. Pero me tengo que ir quitando de esto de la nocturnidad frente al portátil. ¡Si al menos me dedicara a ver hetairas! No sé si, como decía uno de mi pueblo, me está cambiando el "mentabolismo". Entre el café, la pantalla mágica, los blogs, las imágenes, los precios del arte... No sé si es el deseo de ver, el deseo insatisfecho de viajar, la reacción al mutismo previo o simplemente efectos secundarios de la medicación, pero como no ponga el freno de mano se me va a quedar la cara retroiluminada. Y además está la verborrea, que es de pronóstico.

    Si mis obligaciones de intendencia me lo permiten, espero coincidir con usted en alguna de las charlas del Doctor Armisén.

    Atentamente

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