2/12/07

Cito de memoria

Una tarde de agosto de 1997, sentado a la sombra de un castaño de indias, junto a las ruinas de la última residencia real francesa, buscaba amparo en las palabras de Montaigne. Mucho tiempo antes, encontré en sus Ensayos una frase de imposible cumplimiento: Morir sin necesitar a nadie y sin que nadie te necesite. No la olvido. También aquel día, mientras en una casa cercana alguien tocaba al piano una canción de Aznavour, encontré lo que buscaba. Como en tantas ocasiones, era algo que uno ya sabe, pero que debe leer en letra impresa y a ser posible en los Ensayos: No trates los asuntos de tus clientes como si fueran tuyos.

Me viene esto a la memoria leyendo la reseña de Félix de Azúa sobre la publicación en Acantilado del texto completo.

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