13/10/07

Borges, Bioy y Panasonic I





Cuando S. y R. me dijeron que se iban quince días a la Argentina les pedí que me trajeran una primera edición de Borges: cualquier cosa. Lo solté así, sin pensar. Luego me di cuenta y añadí: -Es una broma.

Hace unos quince años hicieron un viaje a Nueva York y entonces sí que les pedí absolutamente en serio que me trajeran un teléfono con fax marca Panasonic. Aquí no los vendían. Les especifiqué que lo necesitaba con discriminador fax/llamadas. Tres quinquenios después aún me lo recuerdan. Anduvieron de aquí para allá buscando semejante trasto y en el hotel dudaron si el modelo en cuestión tenía el requisito de marras. Volvieron a la tienda. La caja tendría unos setenta y cinco centímetros de largo, cuarenta de ancho y treinta de fondo. Fue una herramienta compacta y segura durante muchos años. Entonces costó setenta mil pesetas. Hoy un aparato parecido cuesta setenta y nueve con noventa y cinco euros. supongo que hay gente que no ha conocido los tiempo en los que, para tener un teléfono móvil, había que firmar un contrato de leasing.

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