Estoy en la calle. Tengo un teléfono móvil nuevo. Es muy plano. Muy compacto, pero hay una pequeña pieza en la esquina inferior izquierda que no parece encajar del todo, así que intento colocarla presionando un poco. Como no lo consigo, la extraigo con la uña del dedo índice con intención de volver a insertarla pero en ese momento todo el móvil se deshace en decenas de pedazos que caen al suelo. Me agacho para recogerlos y consigo recuperar la mayoría, pero un indigente se queda con uno de ellas. Le pido que me la devuelva. Él se niega. Sin esa pieza el teléfono, ya de por sí difícil de recomponer, no funcionará. No podré hablar con nadie.
Que bonito. Esa pequeña pieza que nos falta y nos descompone. Ese derrumbamiento. Esa necesidad de hablar con alguien. Ese sueño.
ResponderEliminarYo sueño a menudo en un móvil capaz de conectar con los que ya no están. Un cell-phone to heaven...
ResponderEliminarPrecioso.
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