13/7/07

Indicaciones

Aunque la sala central de la biblioteca resulta majestuosa, el acceso es laberíntico y comparativamente miserable. Ya han aparecido los inevitables carteles provisionales-para-siempre que indican subidas, bajadas, entradas y salidas. ¿Por qué acaba pasando esto indefectiblemente en los mejores edificios? ¿Por qué uno acaba confundiendo la puerta del retrete con la del acceso a las fotocopiadoras? Y sobre todo ¿por qué te tienen que dar un plano fotocopiado de la planta superior para que puedas encontrar el libro que buscas? Modernidad y chapuza. Chapucidad. ¿Cómo se encienden los fluorescentes individuales de cada puesto de lectura?

La joven que atiende a los usuarios no parece especialmente puesta en la materia. Pregunto por los catálogos de la Documenta de Kassel. No aparecen.
–Con Ka.- digo temeroso de pasarme de listo.
-¡Ah! –Sonríe ella. –Pues no.
–Con dos eses. –continúo esta vez sin rubor.
–Es que soy licenciada en historia y esto del arte moderno…
-No te preocupes. En tres o cuatro semanas te pones al día.

La diligente bibliotecaria me manda con un plano fotocopiado a la segunda planta, advirtiéndome de que el catálogo de la Documenta del 72 es material restringido y me lo tendrán que pedir. Sigo las indicaciones provisio-definitivas y después de extraviarme un par de veces – estuve a punto de acabar en la calle de nuevo- llego a la zona señalada. Et voilà. Tomo en mis manos los dos tomos del catálogo y me siento a comprobar el estado de la cuestión hace treinta años.

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