Más Kuspit

Ese regreso a las heces del que habla Kuspit puede entenderse de varias formas, todas conectadas entre sí. Hay una idea freudiana rondando por la expresión, pero también es cierto que puede hacerse un estudio comparado; de un lado la asepsia moderna y el tipo de postarte al que se refiere nuestro autor, y de otro –pongamos por caso- la “belleza” de la pintura del renacimiento y la escasez de medios higiénicos de la época.

La referencia a lo escatológico en el arte antiguo es meramente testimonial. Podría pensarse en la pintura veneciana como en un súper “ambi-pur” puesto a funcionar a todo trapo contra los efluvios de los canales. Concluiríamos entonces que a menor cantidad de mierda cierta, más cantidad de mierda virtual. Pero esto no es verdad: quizás la idea de Kuspit sea finalmente más freudiana que otra cosa y olvide que hay otras porquerías distintas a las de los pañales. La basura ha cambiado radicalmente y sus variantes son innúmeras, además de ser tan peligrosa o más que el deshecho antiguo. La basura actual tiene colores fosforescentes, viaja en barriles y se transporta con nocturnidad. Del clásico “¡Agua va!” hemos pasado al camión con luces destellantes que recorre las carreteras del país a altas horas de la noche.

Estas líneas deberían tener una conclusión, tal vez que se pinta lo que hay que pintar en cada momento y que tal vez no sea una mala señal revolver en las heces; Quizás pintar el abono sea la forma de empezar de nuevo, pero no estoy seguro.