Leyendo un ensayo de Kuspit me encuentro con esto:
"Evidentemente, son malos tiempos para lo grosero, pues los artistas tienen que rebuscarlo entre la basura y las heces más que encontrarlo en la glamurosa forma de las sociedades primitivas. La posmodernidad son también malos tiempos para la creatividad. Los postartistas no saben cómo transformar estéticamente lo primitivo -ni siquiera se interesan por ello, y no tienen la destreza para hacerlo- a la manera en que Picasso y los expresionistas alemanes transformaban máscaras africanas con su intuición creativa. De manera que los postartistas carecen de imaginación y no tienen necesidad de ella, pues para ellos el material banal es arte en estado bruto, e incluso en un estado más bruto que aquel arte en estado bruto del que hablaba Duchamp. La desublimación regresiva, como Franklla llama, alcanza una cima entrópica en el postarte posmoderno, pues no queda lugar al que regresar tras haber regresado a las heces."
Por su puesto el ensayo acaba echando de menos el paraíso perdido, el tiempo de la belleza y la idea teleológica del arte. Bueno; cada uno hace lo que puede, arrima ascuas y defiende artistas, pero produce cierta tristeza esta idea radical que parece no dejar espacio para nada más. Me causa tristeza y me parece falsa. En el fondo, no puede ser más que una construcción interesada. Por si alguien lo dudaba, el libro se titula El fin del arte.
Yo , personalmente prefiero los escritos más equilibrados y certeros de Calvo Serraller. En mi opinión, claro, estamos un poco cansados de tanto ensayo derrotista, que es lo más fácil de hacer en estos tiempos, y por qué no, en otros también.
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