19/4/06

El hotel

...Algo más adelante hay un cuarto de aseo destrozado. Las baldosas, arrancadas o rotas a martillazos, están por el suelo. A mano derecha hay un cable de la luz trenzado que acaba junto al lavabo. Desde una ventana de cristales ya casi negros entra algo de claridad. Al otro lado está el monte, las vías del tren y el sonido del viento contra las primeras hojas de los chopos. Me acuerdo de la humedad de “la habitación del poeta” de Walser, de la comparación con otras habitaciones aún peores. La bañera está medio llena de agua roja que ha dejado con el tiempo marcas más altas de roña ferruginosa, como en el deshielo de un glaciar. Se oyen por el pasillo las voces de otros curiosos que han entrado en la ruina del hotel empujando puertas y pisando con cuidado para no caer al vestíbulo desde el primer piso.

1 comentario: