13/11/05

Motores

Hace unos días, reproduje unas líneas de el resentimiento moral de Max Scheler. Hoy leo la entrevista de J. P. Quiñonero a Glucksmann que resulta especialmente reveladora. Glucksmann es autor de El discurso del odio. En fin: el hombre y sus motores. Sólo discrepo en una cosa. El incendiario de la Banlieue no se suicida socialmente. No puede hacerlo porque -socialmente- no existe. Lo único que hace es arrasar lo que ya estaba destruido, para tocar fondo, para no seguir descendiendo.

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