8/9/05

Líquenes

La visibilidad en París es hoy de 9,9 kms. Eso es todo lo que alcanzaremos a ver hoy en línea recta. No es mucho.


Para el que siempre está dispuesto a no actuar, el refugio es la vista. Mirar y luego un comentario, unas líneas. ¿Y? y nada. Pincho en hueso. Es verdad que a veces entrevemos el motivo de la representación, pero éste se vuelve las más de las veces una excusa.

Ver, ver. Permanecer impasible, ahora que la inactividad es pecado capital. Junto al puente de Bir Hakeim el metro viene y va. Se detiene ora en este lado ora en el otro, escupe y engulle viajeros y sigue su camino. En la baranda de piedra desde la que miro, hay líquines amarillos, signo –según dicen- de la buena calidad del aire. Estos deben se líquenes mutantes.
9,9 km. C’est tout. ¿Cuándo alcanzaremos a vernos la espalda?

¿Qué remedio hay para el que mira? Es que tú sabes mirar. Sí, seguro. Será un problema de constitución física. La chepa me hace mirar hacia abajo o como mucho, justo por debajo del horizonte.

Sin embargo, hay que mirar. ¿Qué hacen otros? ¿Por qué se dedican a representar? No sé qué, pero algo daría por la fe de Rothko; la que tuvo mientras dejó de pintar y se dedicó a las divagaciones acerca de lo visible y lo táctil. Fe. Ver y Creer. Santo Tomás. Santo al fin a pesar del dedo en la llaga. Es una esperanza.

1 comentario:

  1. Anónimo9/9/05

    Del magnífico texto de Pedro Manterola "La pasión de Jorge Oteiza" (1996) (http://www.euskonews.com/0089zbk/gaia8906es.html) saco estas líneas casi finales, a las que me ha traído su amable comentario de hoy, entre los líquenes amarillos que veo mejor sin gafas y los 9,9 kilómetros de aire que terminan en el horizonte parisién y que no alcanzo a ver ni siquiera con las gafas:
    "Permanecer para siempre en el trabajo artístico es la confesión (culpable en todo caso) de una impotencia que sustituye la actividad por la mirada (el pensamiento y la imaginación), la proximidad por la lejanía, la presencia dolorosa y comprometedora de los hombres por la ausencia magnífica y a la postre inofensiva de los dioses."

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