27/5/05

Más sobre lo mismo

No entendemos el cuerpo. Nos sobra el cuerpo. Sobra carne, la nuestra, sobre todo.

la mentira es que el cuerpo hable cuando la palabra calla. El cuerpo no dice esta boca es mía. No sustituye a lo no dicho. No hablo de la comunicación no verbal (véase Flora Davis) sino del peso que nos acompaña impenitente. Nos acostumbramos al cuerpo pero si se nos diera la oportunidad de prescindir de él ¿dudaríamos? No hablo de una cuestión religiosa, sino física. Lo físico puede tener, raramente, un punto de elegancia. Raramente.

Ni siquiera los cuerpos excelsos, su proliferación primaveral, su invasión virtual, permiten más que una pasajera alegría. Su contemplación remite finalmente a la idea del peso. Incluso la talla 36. Y como tal se opone a la levedad (cfr. Italo Calvino Seis propuestas para el próximo milenio.)

2 comentarios:

  1. Anónimo30/5/05

    No entendemos el cuerpo, dices. ¿Acaso entendemos la mente? Se supone que somos seres racionales y que el pensamiento es el instrumento utilizado para la resolución de problemas, para la comunicación, para la creación, etc. Pero casi nunca cumple estas funciones. En pocas ocasiones el pensamiento es creativo, inteligente o sublime. La mayoría de las veces nos avasalla inconscientemente con problemas que él mismo crea o magnifica. Eso sí es pesadez. Mucho más que una talla XXL.

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  2. Querida S.Ch.

    Tú que te abrochas las sandalias sin doblar las rodillas, puedes decir estas cosas. Quienes nos sentamos para ponernos los calcetines, no.

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