Recojo reveladas las fotos que hice en el viaje con T.C. Compré una cámara de usar y tirar, porque con las modernas ya no hay sorpresas. Uso una digital con frecuencia, pero de vez en cuando me apetece de nuevo decir: -Revéleme este carrete, por favor. Y bueno, hay que esperar: una hora, pero hay que esperar. Antes había que esperar más: uno o dos días y si eran en blanco y negro, ni te cuento. Era como la espera en la maternidad, con prohibición expresa de entrada al paritorio y todo lo que tenías que hacer, bien o mal, ya estaba hecho.
Una vez le pagué a un chico para que me ordenara todos mis negativos. No he vuelto a utilizarlos nunca. Nunca he hecho una segunda copia o cosas por el estilo. Negativos: qué viejo resulta esto y qué pereza mirar al trasluz para ver si reconoces a alguien a pesar de los labios morados y el pelo azul.
Total que hay una foto hecha desde la furgoneta, creo que es un edificio cercano a la Catedral de San Pablo, y tengo la sensación de que tiene el movimiento justo: ni más ni menos. No puede haber asunto más subjetivo ni efecto menos buscado, porque lo que me interesaba era el almohadillado del edificio; pero me encuentro con esto y me gusta. Hombre: no es una foto de Capa, pero a falta de pan... revéleme este carrete.
La cámara era de usar y tirar. También la palabra recogo se podía tirar sin usar para que no cojee la frase y alguien coja los gazapos de las prisas al vuelo.
ResponderEliminaragradecido
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