Un buen novelista necesita un buen editor. No a la manera española sino a la anglosajona. Carver nunca hubiera alcanzado el éxito sin un editor provisto de tijeras de podar. ¿Qué necesita entonces un artista plástico? ¿Un galerista? No lo creo. Eso es otra cosa; Mr. Pynaqui extiende mis papeles sobre el suelo y compone rápidamente un friso de imágenes diferentes y complementarias. No es lo que yo pretendo, pero su solución resulta elegante. Cortar y pegar. ¿Un editor para artistas plásticos?
Me sigue gustando la idea del fotograma, del descarte cinematográfico, pero a Mr. Pynaqui le atrae más el continuum. A la discusión se suma Mr. Chambreneuf ¿Dos editores para un artista? Asiatic Luxury.
No hay comentarios:
Publicar un comentario