29/4/05

29 de abril de Enrique Vila-Matas

El 29 de abril de 1974 compré papel y sobre y escribí la misma carta que Arthur Rimbaud le había escrito un 29 de abril de 1870 a Théodore de Banville:

"¿Y si encontraran sitio estos versos en el Parnaso contemporáneo?
Yo no soy conocido. Pero ¿Qué importa? Los poetas son hermanos. Sus versos tienen fe, aman, esperan: eso es todo.
Querido maestro: eléveme un poco: soy joven: tiéndame la mano..."

Metí la carta en el sobre y la envié a Monsieur Théodore de Banville, chez M. Alphonse Lemerre. éditeur, Passage Choiseul. París.

Siete días después, Correos me devolvió a la buhardilla la carta de Rimbaud. La carta había llegado al passage Choiseul (escenario por cierto del infierno del escritor Céline), pero allí no habían encontrado a nigún Monsieur Théodore de Banville y la habían reenviado a la rue Saint-Benoit, donde esperé a que se hiciera de noche para abrirla y leerla. "Soy joven", leí en voz muy alta. Y esperé toda la noche a que alguien acudiera en mi auxilio, llamara a la puerta de mi chambre y me tendiera una mano. Pasé la noche esperando a Rimbaud.



París no se acaba nunca

Enrique Vila-Matas

No hay comentarios:

Publicar un comentario