4/10/13

En defensa de las grandes virtudes

Querido J.:

Gracias por tu recomendación. He leído Pequeñas virtudes con enorme placer. Los escritos de Natalia Ginzburg resultan conmovedores. La segunda parte, la que dedica a las relaciones con los demás, producen la sensación de estar leyendo algo cierto: no solo por el contenido o por la forma de abordar la educación de los hijos, la relación entre esposos o  los desastres de la guerra, sino por la manera en la que lo cuenta. El tono íntimo, literario y en apariencia despreocupado, hace que todo resulte dulce y descarnado al mismo tiempo: la mezcla que sale del alma de quien ha sufrido y amado mucho.


No es fácil recomendar libros, ni aceptar sugerencias. A pesar de esto, tal y como me lo pediste, yo también invito a quien quiera acercarse a una buena lectura a que se detenga en estas historias verdaderas.

Un saludo,

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