En el polígono, detrás de Domus, hay un callejón donde las picarazas
comen restos de hamburguesas. Allí se quedan, después de los
botellones del fin de semana, esparcidos junto a las cajas del Burguer King,
las latas de cerveza y un silencio estereofónico marcado en el canal derecho
por el rumor de la circulación de la ronda oeste. En la negra pared del almacén hay algunas pintadas poco imaginativas. Sin embargo alguien probó el
espray antes de usarlo con un resultado excelente.
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