3/11/12

Grecia y las brechas de la representación


Querido Peri:

Leí ayer un librito de Nikos Dimou, La desgracia de ser griego, que va por su trigésima edición. Se publicó por primera vez en 1975 pero se ha ido reeditando y ahora está de plena actualidad. Son apenas 103 páginas de sabrosos aforismos que describen el alma griega y a los que el autor ha añadido ahora un post scriptum porque en su país no miran con buenos ojos la publicación.

El caso es que a las primeras de cambio me encontré con el corolario a nuestras últimas conversaciones sobre la representación. Como no explico bien la utopía de un mundo sin cuadros, ni novelas ni películas, déjame que reproduzca aquí tres aforismos del libro del que te hablo, a ver si así consigo hacerme entender.

1
“Definimos la felicidad como el estado (por lo general pasajero) en el que la realidad coincide con nuestros deseos”.


12
“En los animales, la brecha entre deseo y realidad es minúscula. El animal ve colmadas sus aspiraciones fundamentales con lo que le brinda el entorno. Está absolutamente adaptado al medio”.
 

17
“Cuanto más humano es alguien más desea y demanda, tanto mayor es la brecha. Y si es héroe lucha y perece. Y si es artista, intenta llenar la brecha con formas”.

A esto habría que añadir que si se es espectador, intenta llenar esa misma brecha con la contemplación. Cualquier cosa con tal de alejarse de la realidad. Claro que la representación es realidad. Y sin embargo sigue siendo eso, una pantalla, una mosquitera con una trama más o menos tupida; un cedazo de un calibre determinado que escogemos según nuestro estado de ánimo o nuestro conocimiento. ¡Ah si! Los extraterrestres conocerán cómo fuimos a través de la literatura. Puede ser. Pero serán eso, extraterrestres. ¿Qué hacemos nosotros leyéndolas? ¿Qué hacemos pintando cuadros en vez de atracar bancos como diría el editor Ayacam? Rellenar nuestras brechas.

Saludos,

3 comentarios:

  1. Anónimo4/11/12

    Sí, es verdad. Con esa brecha cabe intentar taponarla con todo tipo de cosas y saberes, darle un sentido (religioso), o arreglarselas con la falta, motor de todo deseo ¿no? Lo que nos hace falta en realidad es la falta.Buen domingo.
    Pedro

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    1. Que las brechas sirvan para seguir cenando en buena compañía,

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  2. Anónimo9/11/12

    Si nos adaptamos al medio ya no necesitaremos decirnos nada para sabernos vivos. Ni siquiera tendríamos que echar un trago en compañía.
    Por mi parte !viva la representación y sus añadidos¡.
    Forever
    Peri

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