28/3/11

Tarta de masa quebrada

Hay un debate recurrente acerca de si se escriben mejores novelas sobre aquello que el autor conoce bien o sobre lo que ignora por completo. Este tipo de controversias suelen resultar estériles. Atraído por algunas descripciones a las que había echado el ojo en la librería donde compré el ejemplar, leía estas semanas El esnobismo de las golondrinas de Mauricio Wiesenthal. Me lo llevé a casa a pesar de que la reseña resultaba sospechosa: “Rigurosa en los datos, novelada en la trama y espléndida en su estilo literario”. Efecttivamente, "novelada en la trama" resultó mucho decir porque la masa se resquebraja con facilidad. Y no al estilo de algunas tartas que resultan así más sabrosas, sino al de las fachadas cuyas piedras se menean por falta de fundamento en los intersticios. El conocimiento que Wiesenthal tiene de ciudades como Roma, París o Estocolmo se difumina en la nebulosa de la ficción que resulta muy poco efectiva. Hubiera valido, tal vez, como libro de viajes, desprovisto de enredos sentimentales. Unas buenas páginas sobre la juventud de Pierre Loti como preliminar al recorrido de Estambul, no necesitan las muletas de lo desconocido.

En caso de discusión, hubieran ganado aquí los partidarios de la escritura acerca de lo que el novelista sabe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario