M. es un hombre inteligente. En la velada del domingo manifestó que no podía entender el precio alcanzado recientemente por un cuadro de Andy Warhol. Lo entiende perfectamente pero tenía ganas de juerga. Hablamos del mercado, de los ismos y de las desgravaciones en los EEUU. No hubo manera: él hizo un cálculo teniendo en cuenta el precio del lienzo, el serigrafiado y la pintura. Tuvimos que dejarlo ahí.
Me he acordado de la conversación porque hoy se subastan en Londres algunos cuadros en los que el precio del bastidor es lo de menos. Si yo pudiera hacerlo, desde luego, pagaría muy a gusto el precio de salida del Greco de la página 56. Más que un precio, parece una broma. El Constable de la 156 cabe en el bolsillo. Me dan tentaciones. El Cranach de la 16 es más contemporáneo que muchos contemporáneos; y bastante más barato. No sé. Conformémonos con la potente lupa que Christie´s pone a disposición de los curiosos.
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notas durante la venta:
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notas durante la venta:
También nos podemos conformar con la violencia del Cranach de la página 16. Es Lucrecia al estilo de su padre. No tan elegante pero con la misma intención. La historia es mera excusa para mostrar a la chica con el puñal vuelto hacia si misma. Violencia de la que tanto se quejan los guardianes de la ortodoxia, obviando siempre esa parte oscura y morbosa de la pintura de santos, vírgenes y cristos. Lanzas, puñales, cuerpos retorcidos, sangre, cabezas que ruedan, torturas sin cuento. Santiago Sierra es un aprendiz de brujo camino del suspenso.
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