Montagnana en el taxi

Querido Cz:

Qué bien estas incursiones de Yo-yo Ma. Pásame una copia anti Sgae. Un hombre como este que recorre las partituras de Oriente y Occidente, del blues y el barroco tiene mucho mérito. Le llamó Obama para su jura. No sé si iría ahora, después de la aparición de los 90.000 folios “sin importancia”. Qué poco dura la alegría en la casa del poderoso. A lo que iba. Oigo otra vez estos días las canciones de Rosa Passos y recuerdo por comparación los tiempos en los que la música brasileña, montada en ascensores de oficina, subía y bajaba de la planta baja a la 15ª. Como si la bossa nova fuera un asunto saxofoniano sobre el que echar la gasa desmayada de Astrud Gilberto. Tampoco iba a esto. Entre las canciones que Spotify me programa al azar, aparece de tanto en tanto Chega de saudade en la que se escucha el chelo de tu Yo-Yo Ma. Suena muy bien. Y es contingente. Quiero decir: se trata de una brillantísima colaboración. Es más: un poco menos brillante habría quedado mejor.

Se me ocurre que estas incursiones del hombre que perdió su Montagnana en un taxi ¡acto fallido máximo! deberían servir para llegar a las fuentes, tal vez como hace él mismo. Para eso sirven las misceláneas; no para conformarse con el picoteo sino para tirar del hilo hasta dejar aparte –sin olvidarlo- a quien nos enseñó dónde estaba el cabo.

Un abrazo,