13/7/10

Burkariak




















He visto últimamente muchas cosas de mujeres que hablan del género. Son obras que traen causa del tejer, tal vez de Atenea o de Penélope. Penélope de día; de noche no, porque debe quedar el trabajo. La mujer que desteje no está presente en este ideario porque se trata de un asunto de producción. Ruth Scheuing, que se ha ocupado específicamente del mito, apenas incide sobre la desaparición de lo hecho.

Señalar es muy difícil porque obliga al otro a poner en palabras lo que está más o menos oculto o por lo menos a nombrar lo que siendo e-vidente no se nombra. Voy a probar. A bocajarro, le pregunto a Asun cuánto tiene de femenino su  último trabajo. Me dice que en otras series ha intentado un punto de vista distinto y que eso acabó forzando el resultado. Adoptar la mirada de los hombres no le ha ido bien. En este Burkariak hizo lo que quiso. Y es tan claro a la vista que da gusto. No hay un doble lenguaje. El dibujo es preciso, demorado, sin gestos. El título, suficiente. La relación entre la forma, el concepto y el color es un hallazgo. Había visto las obras en la galería de Moisés Pérez de Albéniz y he aprovechado esta escapada para hacerme con el libro de artista: una pequeña delicia impresa por Eric Seydoux

No tenemos tiempo de visitar su estudio. Asun lleva cinco años en París, da clases cuando puede y la primavera que viene tiene dónde exponer. Habla de las galerías y del mercado del arte y me parece estar oyendo un relato de Conrad.

Imagen: burkariak, Asun Goikoetxea

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