2/6/10

La molicie

En las escaleras de la iglesia del Santo Sepulcro hay tres tipos a la sombra; recostados como anti-huríes. Tienen el aire de estar extenuados después de haber recorrido 500 metros. Uno de ellos está pidiendo un taxi por teléfono. El contraste es fenomenal. Bajo la portada gótica, los tres hombres componen un grupo miserable. No me refiero a las diferencias entre lo divino y lo humano. A la molicie me refiero. Paso al rato y hay dos peregrinos con moto. Están esperando a que alguien pase para que les fotografíe delante del templo. Uno de ellos me alarga su cámara sin visor. Como no consigo encuadrar el edificio entero, retrocedo hasta que los motogrinos se convierten en dos hormiguillas. A pesar del tamaño y el contraluz salvaje parecen satisfechos. Una prueba es una prueba. Preguntan si tardarán mucho en llegar a Viana y si hay allí algún restaurante recomendable. Salen cingando. Me quedo mirando el enorme pez que, en el tímpano de la portada, respeta sólo a los inocentes y devora al resto de la humanidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario