La Universidad de Indiana tiene entre sus archivos el del fotógrafo Charles W. Cushman. El carácter documental de la colección es apreciable pero hay algo que la hace muy atractiva: el uso de la película Kodachrome.
Paul Simon cantó hace años Kodachrome hablando de los días soleados, el verde de los veranos y los colores brillantes de Niza. “So Mama, don't take my Kodachrome away”, decía. El mundo era entonces así: brillante. Incluso la miseria lo era; la fotografía de la niña afgana de ojos verdes tomada por Esteve McCacurry está hecha con Kodachrome .
En las diapositivas de Cushman los colores vibran especialmente y confieren a la imagen un carácter inconfundible. Tal vez Cushman no tuviera una intención excesivamente artística, tal vez fuera, como dice la Universidad, un fotógrafo aficionado pero hubo otros que sí la tuvieron.
Las diapositivas de Saul Leiter están teniendo un enorme éxito pasadas a papel y tengo la sensación de que, además de sus encuadres, el uso de esta película ayuda mucho al resultado final.
¡qué bueno Leiter!
ResponderEliminarY tanto. Lástima el precio. No hay forma de que baje y me temo que no lo hará.
ResponderEliminarKodachrome. Para nosotros fue todo un código de imágenes; saturación y densidad para una vida que empezábamos a manejar. Todavía la palabra me evoca un diaporama de calles por conquistar.
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