12/10/09

Bélgica y Tarantino

Sin embargo necesitamos los hechos. El libro de Frankfurt termina citando una conocida frase. De memoria: No podremos decir que Bélgica invadió Alemania. Recordé este final el viernes. Por la mañana llegaron por correo las fotos que compré en junio tras la subasta de Sasha y Cami Stone. Los años treinta en Berlín y Lieja. Por la noche vi la última de Tarantino. Las imágenes de los Stone corresponden a un bar berlinés, ordenado, algo triste. Las jarras de cerveza descansan sobre posavasos metálicos, las mesas no están barnizadas. El hombre que vende cigarrillos mira a la cámara impertérrito, lo mismo que el camarero desde la barra. De entre las fotografías tomadas en Lieja, hay una en la que dos obreros posan delante de un complejo industrial. A mano derecha, el niquelado de las bicicletas matriculadas dan el punto más brillante de la imagen. Todo lo que puedo hacer es mirar los ojos de los cuatro hombres que esperan mientras el fotógrafo dispara y mirar yo mismo hacia adelante. Pero a la noche, viendo la ficción de Tarantino, me siento mal. Me revuelvo en la butaca porque siento que no ha pasado el tiempo necesario para hacer bromas con los horrores del siglo pasado. Los hechos, el relato de algunos hechos, un testimonio determinado merecen, al menos para mí, ser preservados de alguna forma. No sé exactamente de cuál, Sé, que si he de elegir, prefiero El gran dictador a Malditos bastardos y que el humor es buena cosa; pero el humor debe manejarse con extremo cuidado. Tal vez sea la edad. Incluso lo no vivido se me hace más reciente. Hay una especie de efecto de compresión.

Vuelvo un momento a la entrada de Frankfurt y a la rápida nota de Laporte. Anoto unas líneas:

"Dos acontecimientos en los años veinte marcaron el pensamiento político de Hannah Arendt. Al primero de ellos… lo denominó el ‘shock filosófico’ –la filosofía de la existencia de Jasper y Heidegger- y, al segundo, ‘el shock de la realidad’- la consolidación en Alemania del movimiento nacionalsocialista. Ambas experiencias, ponen en movimiento su necesidad de comprender, de evitar que la realidad devenga opaca al pensamiento, de ocuparse de la peculiar densidad de todo lo que es real. Una necesidad de comprender que, en sus escritos, se traduce en un intento incesante por traducir en el lenguaje de la experiencia el peligroso y a menudo brutal choque del hombre moderno con los hechos."

Fina Birulés
Introducción a Qué es política de Hannaa Arendt

3 comentarios:

  1. Lo cierto que el hijo al que su padre fusilaron en el paredón no podrá negar que eso fue un hecho. Tanto como que Alemania invadió Polonia y no Gibraltar. Pero luego todo se complica. De ahí que la gestión de esos hechos, véase todo el tema de la Ley de Memoria Histórica y demás, de para embrollos de mil tipos. (En Alemania, tuvieron Nüremberg y ejecuciones varias. En España, que yo sepa, a ningún franquista con las manos ensangrentadas se le juzgó de ninguna manera. En fin.) Gracias por la mención.

    ResponderEliminar
  2. Sobre el humor y la catástrofe, entiendo que no serás muy amigo de 'Vaya semanita'. A mí ese programa me deja sin opinión. Me neutraliza la opinión. Reconozco que me río con las coñas, son objetivamente graciosas. Pero sinceramente no sé si el tema es propicio para hacer humor. Aunque no sé, lo de las viñetas de Mahoma... Creo que hay que reírse de todo.. pero uff, ay, no sé.

    ResponderEliminar
  3. Largo para contestar; como para dos entradas. Déjame que le dé un par de vueltas

    Saludos,

    ResponderEliminar