En Pamplona hay dos casinos: los dos en la Plaza del Castillo. Nunca recuerdo cuál es cuál, así que llamé al Náufrago en mitad del tradicional atasco del veintitrés de diciembre para preguntarle dónde presentaba sus postales. En el salón del Nuevo Casino –era éste- hay dos reproducciones de sendos grabados de las tropas napoleónicas entrando en Venecia y en Milán. Año IV, Brumario, o algo así. Los estuve mirando mientras llegaba el público. Hay una enorme falta de relación entre el lugar y la imagen del Corso llevándose los caballos de san Marcos. La chica encargada de la música puso el tema de American Beauty. También algo de Valdés y el Cigala. Lo demás, aquí.
Casino Eslava, en su día decorado por Víctor Eusa, ahora un bodrio de evocaciones tudelanas. Y el Nuevo Casino Principal, mal llamado casino-iruña por estar encima del Café Iruña. Y ahora está el Rincón de Hemingway, que es ese otro rincón, agradabilísimo (es que es verdad), que nunca supe si habrian, ni cuando, ni porqué ni cómo se llamaba. Haré de él un poco tambien mi rincón, cá, jajaj. abrazos
ResponderEliminarNo tengo el gusto de conocer a este muchacho, náufrago digital, cuya filiación parece muy probable para cualquier pamplonica, pero lo que vi en la prensa el otro día me agradó. Pondré más atención a sus escritos. Me resulta reconfortante ver ahora que se equivoca en el mismo sitio que yo, en la hache del verbo abrir: habría sido estupendo acudir a su presentación.
ResponderEliminarGracias Vidal. Yo tendré que poner más atención a mis escritos. Espero que no se de cuenta mario moliner. abrazos
ResponderEliminarEstimado sr. Vidal:
ResponderEliminarLe agradará el libro. Seguro.
Feliz Navidad.
Estimado Náufrago:
Un gusto ayer. La presentación, coincidir con amigos comunes y un poco de charla fue muy agradable.
Feliz Navidad.