Es significativo que Steiner termine su ensayo sobre Heidegger con una cita de Coleridge.
"Muchas cosas –dice Steiner- permanecen oscuras en esta enorme obra, tan frecuentemente enigmática e incluso inaceptable. Las futuras filosofías y antifilosofías se alimentarán de ella, y sacarán más provecho, quizás, cuando la rechacen. Pero la pregunta de Heidegger perdurará, y es Coleridge, anticipándose literalmente, quien la resume con mayor agudeza:
¿Has elevado alguna vez tu mente a la consideración de la EXISTENCIA, en sí y por sí misma, la existencia en cuanto acto puro de existir? ¿Te has alguna vez dicho a ti mismo, gravemente, ¡ES!, sin tener en cuenta en ese momento si tienes ante ti a un hombre o una flor o un gramo de arena? ¿Sin referirse, en fin, a ningún modo o forma particular de existencia? Si realmente lo has logrado, habrás sentido seguramente la presencia de un misterio que habrá suspendido a tu alma de terror y asombro. Las palabras: ¡No hay nada! o ¡Hubo una vez en que no hubo nada! se contradicen a sí mismas. Está esto tan dentro de nosotros que rechaza esta proposición con una luz plena e instantánea, como si fuera la contra-evidencia misma que afirmara su propia eternidad (The Friend 11, XI")
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